La cavitación ultrasónica es un tratamiento de contorno corporal no invasivo utilizado para reducir depósitos localizados de grasa. A diferencia de la liposucción tradicional, este método no requiere de incisiones quirúrgicas ni anestesia. En su lugar, la cavitación ultrasónica utiliza ondas sonoras de baja frecuencia para descomponer las células de grasa, transformándolas en ácidos grasos libres y glicerol, que son más fáciles de eliminar para el cuerpo a través de su sistema linfático.
Así es cómo funciona:
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Preparación: Se aplica un gel en el área que se va a tratar para ayudar a que la sonda de ultrasonido se mueva suavemente sobre la piel.
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Sonda de Ultrasonido: Se coloca un dispositivo de mano que emite ondas ultrasónicas contra la piel. Estas ondas sonoras penetran la piel y crean presión alrededor de las células de grasa, provocando que "caviten", o formen burbujas.
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Descomposición de las Células Grasas: El proceso de cavitación descompone las células de grasa, rompiéndolas y convirtiendo su contenido en una sustancia más fácil de eliminar para el cuerpo.
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Eliminación Natural: El cuerpo elimina de forma natural las células de grasa descompuestas a través del hígado y el sistema linfático, generalmente dentro de unos pocos días a una semana después del tratamiento.
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Post-tratamiento: Por lo general, no hay tiempo de recuperación y los pacientes pueden reanudar sus actividades normales casi de inmediato. Sin embargo, se recomienda la hidratación y el ejercicio moderado para ayudar al cuerpo a eliminar las células de grasa de manera más eficiente.
La cavitación ultrasónica es más efectiva para tratar áreas pequeñas de grasa y puede requerir múltiples sesiones para obtener resultados óptimos. No es una solución para la pérdida de peso, pero generalmente se utiliza para reducir los depósitos de grasa persistentes que no responden a la dieta y el ejercicio.
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